21 Días del Espíritu Santo y desintoxicación del mundo!

Durante los próximos 21 días que restan para terminar el año , estaremos viviendo el AYUNO DE DANIEL. Nos vaciaremos de las cosas del mundo, vamos a DESINTOXICARNOS! para ser revestidos y renovados por el Espíritu Santo, él único capaz de brindarle al ser humano la verdadera felicidad. Él llena de tal forma que da vida y no hay espacio para la tristeza, depresión, nerviosismo, en fin no hay lugar para el SUFRIMIENTO. Serán 21 días de ayuno y oración, en una fe y en un Propósito el DERRAMAMIENTO DEL ESPIRITU DE DIOS en aquellas personas que estén hambrientas y sedientas de él, que deseen con fervor ser poseídas por él. Tener el ADN de Dios y la "inmunidad" contra las aflicciones que presenta el mundo. En éstos días dejaremos la televisión, la radio e Internet...Para desconectarnos del mundo y buscar sólo ser llenos de DIOS. Haremos como Daniel quien "Se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de Dios" (Daniel 6:10) "Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza." (Daniel 9:3) Volveremos nuestro rostro a Dios al 100 porciento! alimentándonos de su palabra, escuchando música que nos acerque a él (Red aleluya), meditando la palabra del blog del obispo, accediendo a IURD TV, etc.
El objetivo es la SALVACIÓN! y solamente se logra a través del nuevo nacimiento generado por el Espíritu Santo. Esto ocurrirá si cada uno lo pone a él en primer lugar en su vida y aunque quizás no lo crea todas sus necesidades serán suplidas.
Por eso si ud. ama a Dios, reconoce que sin él nada podemos hacer...reconoce que Jesús es su único salvador y entrega su vida en las manos de él ...entonces ésta es su GRAN OPORTUNIDAD! Pida y busque el Espíritu Santo porque está escrito: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis" (San Lucas 11:9)

Crea en la promesa del Espíritu Santo

“Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: El Espíritu de verdad, al cual el mundo no lo puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce; pero vosotros lo conocéis, porque vive con vosotros y estará en vosotros”